Hace algunos años trabajar desde casa era impensable, ¿cómo iba a ser posible desarrollar la tarea sin estar en el puesto de trabajo? Actualmente, gracias al avance imparable de la tecnología, puedes llevarte la oficina a cualquier lugar del mundo. Actualmente, cada vez hay una mayor tendencia hacia el teletrabajo en pro de la conciliación familiar y el ahorro en coste. El teletrabajo tiene múltiples beneficios para empresas y trabajadores, pero no es oro todo lo que reluce. También hay algunas desventajas que cabe tener en cuenta antes de tomar esta decisión.
Según la RAE, teletrabajo es:
«Trabajo que se realiza desde un lugar fuera de la empresa utilizando las redes de telecomunicación para cumplir con las cargas laborales asignadas.»
Beneficios del teletrabajo
Flexibilidad: Se trata de una de las principales ventajas, pues el empleado tiene la autonomía de trabajar sin unos esquemas fijos que le encorseten. El empleado puede desarrollar su labor donde desee, lo único que necesita es tener las herramientas necesarias para ejercer su trabajo y cumplir con los objetivos y tiempos estipulados.
Movilidad: A través del teletrabajo, el empleado tiene mayor libertad de desplazamiento. Ahorra dinero en transporte y tiempo en los desplazamientos. Por ejemplo, la media de desplazamientos en Madrid es de 45 min. o 1 hora, por lo que invierten casi 2 horas al día en movilidad. Con el teletrabajo, esas dos horas podría dedicarlas al trabajo, o a otras actividades. Otro ejemplo es la posibilidad de comenzar la jornada de trabajo en casa para evitar la hora punta. De esta manera es posible ahorrar tiempo en llegar a la oficina cuando el momento pico de traslados ya ha pasado.
Con los beneficios anteriores por ejemplo, un trabajador puede estar de vacaciones en la playa y trabajando. En un ambiente y momento distendido y agradable, la productividad y la motivación del empleado aumenta.
Motivación: La posibilidad de auto gestionar con mayor libertad todas las tareas que un empleado debe hacer aumenta su motivación. Y por consiguiente, su rendimiento. Los empleados son capaces de equilibrar sus responsabilidades y retos personales y profesionales, aportando el 100% de su esfuerzo en ambas áreas.
Fidelización: Las empresas que fomentan el teletrabajo potencian el compromiso y las relaciones a largo plazo con sus empleados.
Atracción de talento: Los trabajadores más capacitados y con mejores aptitudes buscan empresas que les brinden mayor autonomía. Las compañías con una filosofía más abierta y moderna, en la que el empleado es el responsable de su propio tiempo, atraen a los profesionales más talentosos.
Inconvenientes del teletrabajo
Recursos: En la oficina, los trabajadores disponen de todo lo necesario para poder desempeñar el trabajo. Sin embargo, fuera del trabajo necesita una serie de elementos básicos: conexión a internet, teléfono, ordenador, software específico, informes… A menos que el profesional disponga de todo lo necesario fuera de la oficina, algunas tareas pueden ser imposibles de realizar.
Gastos: Tanto si trabaja desde casa como en un «coworking», o cafeterías, hay una serie de gastos añadidos: calefacción, luz, Internet, consumo, etc. Los gastos que asume la empresa por cada jornada de los empleados, pasan a ser asumidos por el trabajador.
Inversión en sistemas: La empresa debe invertir en su tecnología para poder dar un servicio óptimo y seguro a todos los empleados que trabajan fuera de la oficina. Por ejemplo, mediante conexiones remotas.
Organización: Al no estar el equipo reunido en un mismo espacio, la facilidad de coordinarse es menor. Existen todo tipo de herramientas digitales para poder comunicarse en tiempo real, pero sin duda, no es lo mismo que encontrar en un mismo espacio físico.
Responsabilidad y profesionalidad: Llegamos al punto crítico, pues este elemento es decisivo para que el teletrabajo sea o no un éxito. Únicamente podrá ser un método de trabajo eficaz si el empleado tiene la responsabilidad y filosofía de trabajo necesarios para cumplir con sus obligaciones. Los teletrabajadores necesitan crearse sus propias normas y rutinas de trabajo para poder cumplir con eficacia con lo que la empresa espera de ellos. Así mismo, la empresa debe confiar en el talento y profesionalidad de su empleado a la hora de llevar a cabo sus labores.