Cuando se deja de ver al consumidor como una simple cifra de ventas y se aplica zoom para ver a la persona y la mente que hay detrás, es cuando surge un nuevo abanico de posibilidades. Una persona con sus propias reacciones, acciones subconscientes… que, como si de una primera cita se tratara, simplemente con pararnos a escucharlo y observarlo, despliega un mapa súper valioso sobre cómo llegar a él, y de qué forma trabaja su cerebro. ¿Por qué compra ese producto y no otro? ¿Qué le influye en tomar esa decisión? El Neuromarketing da respuesta a estas cuestiones.
Nuestro objetivo como expertos del marketing, es utilizar toda la información que esta ciencia nos puede dar, para conseguir llegar y conectar con nuestro target objetivo.
Algunas estrategias, en línea con esta disciplina que une psicología y marketing serían:
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Resaltar la empatía, el vínculo común que hay entre cliente-consumidor; hacerle sentir especial, exclusivo y parte de un todo.
En un mundo que cada vez más está movido por las emociones y lo que éstas nos provocan, darles una vuelta y aplicarlas enfocándonos a ellas y a la parte del cerebro que responde a éstas en nuestras estrategias es todo un acierto. ¿Qué hace feliz a mi público?
Por ejemplo, transmitir situaciones cotidianas hace que indirectamente el consumidor sienta que entiende lo que le estamos queriendo mostrar porque ya lo ha vivido.
O el sentimiento de exclusividad hacia un producto, el cual crea un interés en el consumidor directamente proporcional al grado de valor que tiene.
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Meterse en la mente del target a la hora de fijar precios
Por un lado, es casi un sentimiento común el no sentir el mismo interés hacia un producto que cuesta 50€ ante otro que cuesta 49,99€. Algo que de forma objetiva no supone ninguna diferencia económica, pero que subjetiva-mente influye mucho en el proceso de decisión (negativa para el primero, claro está).
¿Uno a uno por separado o en pack? Está demostrado que cuesta menos pagar todo de una que poco a poco muchas veces.
Todo esto, unido a una amplia variedad de posibilidades de pago influirá positiva-mente en la preferencia de nuestro target hacia nosotros.
¿Por qué se produce esto? Por la activación de una parte del cerebro relacionada con el dolor llamada ínsula.
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Llama la atención de tu público.
Ofrecer un packaging rompedor que impacte y resulte atractivo; aplicar el mítico “menos es más”, que el usuario tenga la opción de elegir, pero sin perderse en infinidad de opciones.
Recurrir a métodos de la infancia como es el caso de la repetición “No hablaré con mi compañero durante la lección de la profesora” en la que a más veces lo repetías mejor lo interiorizabas, también podemos aplicarlo con nuestras marcas. Aunque para no cometer el error de que el mensaje interiorizado en el cerebro de nuestro target no se vincule con nuestra marca, ésta debe estar bien clara.
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Cuélate y graba tu producto en la mente de tu público.
Una forma muy eficaz para conseguir posicionarnos en la memoria de los usuarios es hacer funcionar todos sus sentidos de forma inconsciente. Un olor agradable, un gusto exquisito, un vídeo impactante con estilo sencillo, o alguna acción que induzca a la interactuación cerebral… son mucho más identificables a largo plazo en la mente.
En definitiva, estudiar la forma de comportarse de nuestro target objetivo y cómo trabaja su mente, es lo que nos puede permitir diferenciarnos en un mercado con tantísimas opciones.