Es inevitable pensar en LOPD, cesión de datos privados, información personal, etc. mientras ves El Círculo. Y pensarás, ¿qué es eso de El Círculo? Se trata de una sorprendente y tremendamente actual película de ¿ciencia ficción? que abre un debate de lo más interesante: ¿Hay límites en la cesión de los datos personales?
Sin hacer spoilers (prometido), te damos algunas pinceladas por si no has visto la película protagonizada por Tom Hanks y Emma Watson. El filme trata sobre un presente-futuro en el que El Círculo, es una empresa de internet con dos objetivos; el primero es facilitar el día a día de las personas mediante una única interfaz digital. El segundo, es conseguir una transparencia absoluta grabando y emitiendo en tiempo real absolutamente todo. ¿Con qué fin? Con el de lograr una mejor versión de la sociedad. ¿O no?
¿Cuáles son las reglas del juego en LOPD?
El asunto de la cesión de datos personales en pro de una mejor experiencia con las marcas, puede resultar espinoso. Pues, ¿dónde está el límite de los datos que proporcionamos a las empresas? Actualmente damos todo tipo de información:
- Datos personales
- Estudios
- Composición familiar
- Vivienda
- Intereses
- Incluso comenzamos a dar datos médicos y de salud.
A raíz de esto, llegamos a otro punto importante: ¿quién decide qué información es más o menos personal? ¿dónde están los límites en la forma de captar información? Es lógico pensar que los gobiernos de cada país, o en nuestro caso, la Comunidad Europea, pone las reglas del juego en este sentido. Mediante la legislación, se establecen los parámetros de actuación de las empresas a la hora de solicitar información a los clientes. Y por supuesto, también determinan los mecanismos legales para solicitar dichos datos.
Mejorando la normativa europea de Protección de Datos
Como os contábamos en un artículo anterior, en 2018 se hará vigente la modificación del Reglamento Europeo de Protección de Datos. Algunas de las modificaciones más destacables del nuevo reglamento es aumentar la confianza de los usuarios respecto a las empresas. Así como darles mayor poder como dueños de sus propios datos a la hora de hacer modificaciones o rescisiones en su información.
La película evoluciona hacia unos escenarios catastrofistas (aunque factibles), pero en la realidad, la situación actual de la cesión de datos cada vez es más conservadora. Esto es así para proteger determinados ámbitos y privados de los consumidores. Los usuarios, en ocasiones no son conscientes del uso que se realizará con su información. En ocasiones por desconocimiento, otras veces porque no han deseado informarse.
Aunque suene a utopía, la decisión final es de los usuarios. Cada persona tiene la libertad de aportar o no su información a una empresa, aunque no es tarea fácil. Todavía hay millones de personas que no disponen del conocimiento necesario para entender las consecuencias, positivas y negativas, de ceder su información personal. Por eso, es necesario seguir trabajando por una normativa de LOPD justa y transparente. Una normativa de cesión de datos beneficiosa para todas las partes, y que establezca unas reglas del juego honestas.